miércoles, 21 de octubre de 2009

Entrevista Sergio Cárdenas




Sergio Cárdenas
una batuta internacional

El director y compositor tamaulipeco revela que más que encontrar su vocación en la música, esta le descubrió para brindar un servicio a través de ella, lo que lo ha llevado a escenarios nacionales e internacionales

Por Beatriz Durán Maldonado

La Razón


Director de orquesta sinfónica y compositor musical mexicano, Sergio Cárdenas, oriundo de Ciudad Victoria, Tamaulipas, es el único mexicano que ha ocupado la titularidad de orquestas sinfónicas de Alemania, Austria y Egipto.
Sus obras musicales han sido interpretadas con éxito en Alemania, Austria, Bélgica, Egipto, Estados Unidos, Italia, México, Polonia, Rusa y Venezuela.
Ha sido director de la Sinfónica Nacional, de la Filarmónica de Querétaro, y de la Orquesta Sinfónica de la Escuela Nacional de Música-UNAM.
Dentro del Festival Internacional Tamaulipas realiza una gira por el estado, que inició en Tampico, con la Orquesta Filarmónica de Cámara de Polonia, con un programa en el que estrenó mundialmente su obra "Guardián de tu soledad". El maestro Sergio Ismael Cárdenas Taméz, orgullo tamaulipeco nos concedió una entrevista antes de su actuación.

¿De donde se origina la pieza "Guardián de tu soledad"?
Está inspirada en una carta que le mandó Rainer Maria Rilke (poeta alemán) a una de las mujeres más admirables del siglo XIX y principios del siglo XX: Lou Andreas Salomé. Rilke estuvo enamorado de ella un tiempo, luego se hicieron muy amigos ante la imposibilidad de consumar ese amor. Luego tuvieron una correspondencia muy interesante, muy brillante en su contenido espiritual, en su contenido intelectural. En una de sus cartas escribe Rilke sobre la relación de pareja, sobre la relación amorosa, y menciona entre varias de las observciones que hacen, el hecho de cuan importante es que cuando una persona ama a otra persona, ese amor implica el respeto también a la soledad de la persona que uno ama. Y que uno como amante de esa persona debe ser el garante de su soledad, o sea de su intimidad. Porque es muy frecuente que uno entienda las relaciones amorosas como unas relaciones de sentido capitalista: uno es propiedad de alguien; entonces se siente uno dueño de una persona, en uno u otro sentido. Con frecuencia no se tiene la conciencia de que la otra persona también es un ser humano independiente, que es un ser humano que requiere su propia soledad. Entonces una exigencia del amor, dice Rilke, es que se respete la soledad del ser amado. El ser que ama debe erigirse en un guardián de la soledad del ser que ama.

¿Por qué eligió este instrumento para la composición de esta pieza?
En el momento de la composición estaba yo escribiendo muchas piezas para orquestas de cuerdas y mi idea era completar además un ciclo de piezas para instrumentos solistas, en combinación con la orquesta de cuerdas. Y los instumentos que seleccioné como solistas fueron una serie de instrumentos de alientos, entre ellos el corno francés, que es para el que está escrita esta pieza. Pues tiene muchos retos, para empezar el corno francés es un instrumento muy delicado muy complicado de tocar; muy difícil encontrar en el mundo una persona que pueda tocar bien este instrumento en la extensión total de la palabra, y más difícil que pueda tocar bien esta pieza, que es también muy difícil de tocar, por eso me da mucho gusto que este con nosotros este muchacho de Hungría que es un talento enorme y para quien la pieza parece ser que fuera un juguetito porque la toca con una facilidad increíble, este muchacho es alguien fuera de serie.

Aunque ha escrito que la música es un misterio, ¿cuál es su definición de la música?
Pues si lo es. Es como el amor, ¿alguien puede definir el amor?, es imposible. La música está bajo ese mismo criterio. Yo si le podría decir qué no es música, pero sí sería imposible que le pudiera decir yo o nadie, una definición qué es la música.

Le ha dedicado a su tierra algunas composiciones, pero da la impresión que el resto están más ligadas a la divinidad o la religiosidad, o ¿estoy equivocada?
No, en este credo que es una postura sobre cuál es la concepción que se ha venido forjando en mí respecto a lo que es el fenómeno o la vivencia musical, finalmente el asunto de lo que se conoce como religiosidad o divinidad o misticismo o lo que sea, tiene que ver necesariamente con algo que está más allá de lo que uno puede pensar, sobretodo que está mas allá de los límites de cualquier ser humano. Es decir el concepto de Dios finalmente tiene que ver con eso. Dios es todo aquello que ningún ser humano puede hacer, a final de cuentas. El asunto de la divinidad, de la religiosidad tiene una tendencia a ser manipulado desde una perspectiva política, también como un instrumento de poder, de control psicológico, de control ideológico, de control emocional, porque también se abusa mucho de la necesidad del ser humano, de la necesidad psicológica de tener sostenes, amarres de donde sostenerse, de donde agarrarse, desde la interioridad. Y ahí en esa interioridad es fundamental el concepto de la divinidad. Insisto, la divinidad es todo aquello que está más alla de lo que pueda hacer cualquier ser humano. Mi música que aparentemente aborda ese tema, tiene más que ver con ese aspecto, que está fuera de lo común, lo que nos traslada a un mundo que no es un mundo cotidiano, y es el contexto en que está concebida, compuesta.

En ese sentido, ¿existe la inspiración dentro de su creación musical?
No lo se, eso de la inspiración ha sido un cuestionamiento muy interesante, porque hay gente que dice que no puede componer cuando no está inspirada. Yo creo que el asunto de la inspiración, o lo que se le llama inspiración es otra cosa. En mi caso personal el proceso de la composición obedece a una necesidad de liberación interior de unas energía que están ahí, que se van acumulando; y que llega un momento que requieren encontrar un cauce, una puerta de salida. Y es cuando entonces aparece la composición como uno de los cauces, o mecanismos para liberarse de esta presión interior.

Usted empezó muy niño, en la música ¿cómo descubrió su vocación musical?
Yo empecé a estudiar música a los 16 años, o sea con 10 años de retraso. Estuve metido en actividades musicales, desde antes, y llegué a dirigir un coro a los 14 años de oído, sin conocer, sin leer música. Yo nunca anduve buscando ser músico, ni ser director, ni nada que se le parezca. Quiero pensar, mas bien, que fui encontrado para eso, ¿no? Yo quería ser otra cosa, muchas otras cosas, digamos que nada tienen que ver o muy my poco con el fenómeno musical . En el proceso de crecimiento exterior, e interior, me fui adentrando tanto en los campos de la vivencia musical que llegó un momento en que después de muchos años, tomé conciencia que finalmente ese era mi camno, no es algo que yo estuviera tesoneramente buscando con ahínco o con insistencia. Insisto yo fui descubierto, de alguna manera, por la música para brindar un servicio a través de ella.

¿Cuál es el reto al ofrecer un concierto?
Yo creo que hay un elemento fundamental en un concierto, que es el elemento que no debe perderse de vista, el de la generosidad, es decir, qué va uno a dar como artista, qué es lo que van a compartir, porqué es importante que la gente venga al concierto porqué es importante que uno de un concierto. Yo creo que el asunto de cobrar unos honorarios es un asunto superfluo y secundario, y más ligado a las necesidades que uno tiene, de vez en cuando de comer y cosas por el estilo; pero más importante que todo, tanto en términos de la danza, de la actuación teatral, de la ejecución musical, es decir, algo inherente al fenómeno del acto artístico, como tal , es la actitud, la postura de entrada, de entregarse, es decir es un acto de generosidad. Son cosas que se dan ahí en el concierto. Uno como artista tiene el reto de no ser obstáculo a esa generosidad, de no ser tacaño, de no ser tergiversador del contenido de lo que se está regalando, de lo que se está dando, de lo que es el motivo de esa generosidad. Por lo tanto implica, necesariamente, desde la perspectiva artística un acto de absoluta honestidad.

Y ¿qué significa, para usted, estar aquí en su tierra en un festival tan importante para su estado?
Pues en el caso particular de Tampico, me parece una situación muy interesante, si mal no recuerdo la ultima vez que estuve fue dirigiendo a la Filarmónica de Querétaro, en 1994 o antes, en el Aula Magna; y desde entonces no me había presentado en Tampico. Ahora es una magnífica oportunidad, además en este impresionante y bellísimo teatro del espacio cultural.

Finalmente una opinión ¿considera que tener estos tipos de espacios provocan el desarrollo cultural?
Claro que sí. Parte del problema del desarrollo, es que no hay infraestructura, donde se puedan hacer funciones de ballet. Estas manifestaciones tienen sus propias exigencias, no es una cuestión de snobismo, ni de elitismo, ni cosas por el estilo. El fenómeno del sonido tiene sus propias leyes, sus propias exigendica y requiere por lo tanto sus propios espacios, lo mismo el teatro hablado, lo mismo la danza y si es danza clásica todavía más; tiene otro tipo de exigencias, que deben ser llenadas para que se pueda garantizar el fenómeno artístico. Yo creo que estos espacios están construidos con esa intención, y ahora es el reto de nosotros los artistas, locales, del país y hasta del extranjero aprovechar todas sus bondades para que sean legitimadas su presencia.






PERFIL


Sergio Cárdenas TamézNació en Ciudad Victoria, Tamaulipas.


Se graduó con distinción en Dirección Orquestal de la Universidad de Música Mozarteum de Salzburgo. Su actividad como director huésped o titular de orquestas y públicos de más de 20 países y con ensambles tan reconocidos como las Filarmónicas de Munich y Stuttgart, la Staatskapelle Weimar y la Filarmónica de Londres, entre otras.

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