martes, 23 de junio de 2009

La excepción y la regla


Teatro de Brecht a

escena con música


El grupo ‘De 6 a 8’ inicia temporada de teatro con ‘La excepción y la regla’ bajo la dirección de Leticia Lira en el Teatro Experimental con funciones durante el mes de junio y agosto como parte del Comodato del Metro 2009


“De humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural, nada debe parecer imposible de cambiar” sentencia Bertolt Brecht en su obra “La excepción y la regla”.
A través de la puesta en escena por el Grupo "De 6 a 8" de la Facultad de Música de la UAT, bajo la dirección de Leticia Lira, se conoció esta obra del dramaturgo alemán que forma parte de su teatro didáctico y para quien el teatro tenía una función pedagógica como medio de concientización.
El grupo también se une a esta postura: "aunque sabemos que una obra de teatro no cambia nada, queremos contribuir en la medida de lo posible a la reflexión de estos temas; si lo logramos nos daríamos por satisfechos".
Gracias a que este proyecto escénico fue el ganador del Comodato del Metro 2009 se inició una temporada de diez funciones con su estreno el pasado viernes en el Teatro Experimental.
La historia se desarrolla en el desierto Jahí de Mongolia, escenario de la inhumana competencia por la prospección del petróleo, donde exploradores (explotadores), encarnación del poder económico, avanzan a marchas forzadas con sus caravanas. El mayor sacrificio de estas travesías está a cargo de los cargadores (los explotados), representantes de los oprimidos. El viaje de un comerciante acompañado de su guía y un cargador le sirve a Brecht para abordar el tema del explotador y los oprimidos, de la injusticia y la corrupción, con lo cual la obra es pasmosamente vigente.
Actúan Roberto Argoth, Emilio Benavides, Misael Manzanares, María Loredo, Martha de la Cruz, Lucero Escamilla y Valentín Árias.
La música siempre ha sido parte de los proyectos del grupo, al ser el que representa a la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, por lo que en esta ocasión no fue la excepción al contar el libreto con una serie de canciones que la pareja formada por José Manuel Ponce y Norma Barrientos se encargó de musicalizar con letras arregladas por Emilio Benavides y la asesoría de Roberto Argoth. En conjunto el grupo ofreció una gran función de estreno, donde todos los actores cantan desde Roberto Argoth encarnando al personaje principal (El comerciante) que se hace odiar a lo largo de la puesta en escena, hasta el mismísimo maestro Emilio Benavides. El diseño de escenografía y vestuario estuvo a cargo de Víctor Zavala, quien como todos los demás incluído José Herrera "Chore" por asesoría en la iluminación se llevó el reconocimiento de la directora.
“Por los tiempos que estamos viviendo”, había esgrimido como justificación la directora Leticia Lira el haber elegido esta obra de Brecht como su proyecto escénico para participar en la convocatoria del Comodato, que finalmente ganó y con la que se saca una espinita que había quedado clavada en el comodato de la primera edición, donde presentó un proyecto bastante arriesgado con un texto que al final no llegó a cuajar. Aunque aseguró que la puesta en escena requiere de una serie de ajustes, se mostró más que satisfecha del resultado de esa noche: "salió mejor de lo esperado, dieron el estirón los muchachos, porque esto es así, muy azaroso”, después de una semana de extenuantes ensayos donde el grupo estuvo al borde de la crisis de nervios, llegando al límite de sus fuerzas, afirmó. Una gran bocanada de aire para el grupo que había tenido los ánimos abajo tras perder por tercera ocasión consecutiva la oportunidad de responder a una invitación para estar presentes en el festival anual Romerías de Mayo en la ciudad de Holguín, en Cuba, esta vez por causa de la influenza.
Al concluir la función de estreno, Sandra Muñoz, directora académica del Metro aunque señaló lo positivo de que a tres años se haya podido mantener esta convocatoria y que cada año el grupo ganador se vea superado en nivel de calidad, lamentó la escasa asistencia al teatro. “Lo malo es que no tuvimos teatro lleno, me gustaría que la gente, sobretodo la gente de teatro respondiera más porque finalmente este espacio está destinado específicamente a los grupos de teatro locales”, y agregó que esta problemática es una cuestión de educación y cultura en nuestro país. “Esto también es parte de la misma gente que hacemos teatro, no podemos quejarnos de que la gente no viene a vernos, si primero no nos hemos encargado de apoyar a nuestro propio gremio, y segundo de trabajar porque el público venga” continuó la actriz y también directora de teatro.
Aunque la asistencia en la mente de la directora del grupo, Leticia Lira, estaba en segundo plano durante este fin de semana de estreno, concluyó que a pesar de que en esta ocasión se realizó mayor promoción que en otras ocasiones atribuyó la poca audiencia a la falta de costumbre de la gente por el teatro, la falta de interés y principalmente a la crisis económica. Apoye el teatro local en esta buena propuesta que se presenta viernes y sábado a las 20:00 horas en el Teatro Experimental.

Salvador Mitre









Cubre de mística
su metamorfosis






El escultor Salvador Mitre habla sobre su quehacer artístico, su perspectiva sobre el panorama local en el arte y la cultura, así como sobre los nahuales su proyecto actual





Lo místico, lo sagrado y lo ancestral han sido columna vertebral de la obra del escultor Salvador Mitre, desde sus inicios en el arte plástico.
Antes de encontrar en la cerámica, su medio predilecto de expresión, la chatarra había sido su material distintivo, aunque el escultor confiesa que no la ha dejado de lado ni a otros materiales como la madera. Tal vez porque su historia va unida también a la historia de todos los pueblos del mundo, la cerámica ejerce en Mitre esa fascinación estética por lo que la ha convertido en la mejor vía para realizar sus piezas escultóricas, marcadas por una influencia de diversas culturas milenarias tales como las tribus africanas, los pueblos europeos así como los de Mesoamérica.
Actualmente se encuentra trabajando en la elaboración de piezas de nahuales por su sentido metafísico y espiritual dentro de la tradición de varios pueblos mesoamericanos.
"El nahual es un brujo, un hechicero autóctono; tienen la facultad de convertirse en un animal, un animal de su 'tona'; más que convertirse físicamente, aunque sí llegan a tener rasgos de esos animales, sí es una cuestión psicológica, socioreligiosa y de mucho misticismo" describe Mitre sobre las piezas en las que se encuentra trabajando actualmente. De igual manera en que estos hechiceros pasan por una metamorfosis hasta adquirir la forma o el espíritu que caracteriza a un animal, Mitre hace que la tierra y el barro sufran un proceso de transformación hasta convertirlas en piezas de cerámica en forma de colibrí, águila y otros animales en que los nahuales toman forma.
"Aunque no me estoy metiendo en estudios muy profundos psicológicos, si estoy tomando estos conceptos en mi actual obra; yo mismo creo que de ser nahual mi tona sería un Buey, en todas sus acepciones (ríe divertido); se da en la cultura china, se supone que es un animal fuerte, no en el concepto mexicano u occidental, que es un poquito peyorativo, más en el sentido de que es sabio, fuerte, longevo, en ese sentido soy un Buey".
Salvador Mitre trabaja todos los días en su gran taller, dividido en varias áreas de trabajo, en donde también ha llegado a ofrecer talleres de cerámica y modelado, que de acuerdo a sus propias palabras no tuvieron la afluencia que él esperaba. En una de esas áreas tiene también iniciada otra de sus colecciones, la de Marotas, en un formato pequeño, ya que las originales suelen ser muy grandes. Sólo cuando viaja, interrumpe su trabajo, como en su reciente viaje a Tlaquepaque para participar en un concurso nacional de cerámica, en donde "no pasó nada", pero en la que se divirtió como “enano”.
“Cuando te topas con el barro, cuando lo conoces, llega a ser apasionante; yo opino que cuando mayor interacción hay entre el material y el artista es en la escultura, y el modelado” describe el artista plástico que se inició también en la pintura hace casi diez años.
Antes de convertirse en escultor se desarrolló por más de 30 años en las artes gráficas, la publicidad y la mercadotecnia, durante los que llevó a cabo una variedad de proyectos dentro de la fotografía, la ilustración, el diseño gráfico y editorial, dentro de diversos ámbitos como el artístico, el empresarial, el financiero y hasta antropológico como en la revista “Antropological World” editada en Amsterdam, Holanda.

LA PLÁSTICA TAMPIQUEÑA

Cuestionado sobre el desarrollo de la escultura a nivel local se manifestó en el sentido que no existe, "me siento un ente solitario, no existe desarrollo; sí hay quienes hacen escultura, pero se dedican más a otras cosas, como la pintura, a hacer instalaciones; aunque existe un premio regional, que en general, los premios sí estimulan al artista, el premio de pintura García Zurita, por tener más tiempo es el que siento que ha impulsado más, a la pintura, aunque no quiere decir que un premio vaya a lograr un pintor o un artista, pero sí empuja; claro con premio o sin premio, cuando hay un artista verdadero, éste surge, pero el premio ayuda, sí ayuda mucho".
Para Salvador Mitre sí existe un movimiento cultural en nuestra región, "sí lo hay y considero que el movimiento literario está muy fuerte, con escritores con premios nacionales, desgraciadamente en México, no destaca un escritor, necesita mucho empuje, necesita la ayuda definitiva oficial, que no la hay, son empujoncitos pequeños los que dan los premios, y las instituciones dedicadas a ellos que sacan ediciones, un poquito limitadas, con poca difusión, mal vendidas, en fin hay muchos factores que frenan el desenvolvimiento real de la producción artística literaria, pero sí la hay". Agrega que dentro de las artes plásticas "en lo pictórico también lo hay, y también empieza a haber muy fuerte el movimiento fotográfico, que aunque me critiquen, yo siento que es a partir de la presencia de Miguel Ángel Camero, quien creo, ha empujado mucho el desarrollo fotográfico, tiene muy buenos alumnos, él es muy buen fotógrafo, uno de primerísima línea".
Con respecto a las opiniones que, a lo largo de varios años, han vertido críticos del arte plástico que han visitado el puerto, tanto como expositores, facilitadores de talleres o como jurado de los premios regionales, en el sentido de que dado el talento local hace falta un instituto de arte o que el desarrollo de los artistas ha sido autodidácta, Mitre opina así "sí tienen razón, no hay una escuela formal; está Caín Valdez, pero tiene cierta pauta marcada, ahí sigue, de manera independiente, ha ayudado mucho, pero no es una enseñanza formal únicamente en el dibujo y en la pintura, pero se requiere más. Tengo entendido que en Tamaulipas se está gestando una universidad de las artes, ojalá no se quede en Victoria, porque yo siento que en Victoria hay menos movimiento artístico que el que tenemos en Tampico; a lo mejor estoy equivocado, pero me da la impresión que el movimiento artístico masivo está en Tampico". Además considera, que aunque en su momento lo intentó con algunos artista plásticos de la ciudad, los colectivos o agrupaciones de artistas sí mueven y promueven el desarrollo del arte.
El escultor afirma, además, que el mercado del arte local es muy pobre, refiriéndose a la parte de la demanda, "la gente no piensa en adquirir una pintura con una firma, piensa más en una pintura que vaya más con el sofá y con el color de las paredes, y para eso van a una tienda de decoración o a Liverpool, a los grandes almacenes que es donde menos arte venden". El escultor admite que sí llega a vender su obra y que esta le permite en parte subsistir. “Desde mi primera exposición he vendido obra, y producción como esa no he podido igualar, en la que había de todo, pintura, chatarra, madera” recuerda el escultor nacido en San Luis Potosí, radicado desde hace muchos años en el puerto, pero que ha viajado por todo el mundo, en donde ha recibido cursos en lugares como Rusia, Uzbekistán, Italia, España y Marruecos.
Aunque para Mitre el arte es una actividad individual, sin que esté dirigida a los ojos de alguien, en su más reciente exposición individual “Huehuetl” integrada por más de 60 piezas de cerámica con influencias de diversas culturas incluida la huasteca, su propuesta fue más allá de una estética con un discurso en el que denunciaba el rechazo a los viejos. En aquella muestra el escultor restauraba, a través de sus pequeñas esculturas, el valor y el respeto que siempre se le ha dado a la ancianidad en diversas culturas, excepto la actual.
Al igual que cualquiera que se precie de trabajar dentro del arte, Salvador Mitre trabaja todos los días en su taller y refiere que más que inspiración existe planeación, aunque no niega que en ese justo momento, dentro del proceso creativo, surgen “esas pequeñas modificaciones en el momento justo, sin que hubieran estado antes ahí”.





Recupera historias del olvido
'Diluvio, teatro de esquina'


Tras recorrer ciudades de la franja del Golfo de México la gira Ciclónica regresa a su punto de origen


Regresa a su punto de partida, cumpliendo un ciclo, la gira del proyecto escénico “Diluvio, teatro de esquina” del grupo alternativo Asalto Teatro que dirige Ángel Hernández.
La gira denominada Ciclónica, que se llevó desde Matamoros hasta Campeche, termina en el mismo espacio que la originó: la Isleta Pérez, hoy en el abandono, dejado atrás por el dolor de haber sufrido la furia del huracán Hilda, por la inundación, por el miedo a que la historia se repita. Un diluvio que, a más de 50 años, aún estremece, le da la esencia a este proyecto que se nutre del anecdotario vivido en esa época, no muy diferente del que se pueda vivir en la actualidad. El agua, desde otra perspectiva distinta del concepto como generadora de vida, desde su opuesto: la destrucción, es el elemento de este proyecto que se llevó a lo largo de la franja del Golfo de México, en diversas ciudades de los cuatro estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Campeche, todas susceptibles de sufrir el azote de un ciclón o una inundación.
Asalto Teatro crea su espacio escénico entre los escombros de algunas ciudades, en espacios abandonados, en lugares con historias en el olvido, en un puente, en un hotel derruido, en un malecón, en la playa, en un barco. El grupo toma por asalto las calles, los espacios, los sitios de la ciudad, apoderándose de ellos de manera sorpresiva para el tratamiento experimental de espacios en ruinas conduciendo a sus espectadores a agudizar la percepción de esa parte de su identidad que se encuentra entre estos escombros, olvidada y abandonada.
Un paraguas, una silla, postes de luz, son la columna vertebral del esquema de acción de la propuesta escénica que de acuerdo a su director, Ángel Hernández, “sacude al imaginario acumulado con el polvo de los escombros o ruinas”. Particularmente, los postes de energía eléctrica jugaron un papel muy importante como medio para contar un lenguaje de acción, ya que de estos explicó “sabíamos que habían sido utilizados durante el año 55, durante la inundación, para transportar a la gente que se había quedado atrapada en sus viviendas, y nosotros pensamos, también, renovarles el lenguaje y encontrar en ellos una manera concreta de realización escénica, en su primera etapa”. En un inicio, los postes eran el único medio expresivo de los actores, pero dado que el proyecto pasó por varios procesos creativos, el colectivo encontró una especie de vitalidad en los espacios circundantes a los postes, a pesar del estado de abandono en que se encontraban.
“Nos dimos cuenta que, de alguna manera, tanto el teatro como nosotros, como seres humanos, tenemos un tanto de abandono, de ausente, y a partir de ahí nos propusimos generar el uso de este proyecto ampliando su carácter, en estos espacios abandonados que construyeron el perfil general” define el joven director.
El proyecto fue desarrollado en una zona considerada emblemática para la ciudad: la Isleta Pérez, otrora una pujante zona industrial. “Actualmente es un cementerio de fábricas, que da testimonio del paso del tiempo y del paso drástico también de la inundación; un lugar además sumamente nutrido de referencias hacia nuestra identidad y nuestro origen como hombres y mujeres de puerto, casi rodeado por el agua”.
Aseguró que no es un teatro complaciente: “este es un proyecto que se creó como un reclamo del teatro de nuestros días, de que nos dábamos cuenta que existía una necesidad, mas allá de nuestras pretensiones artísticas, que había un lenguaje que tenía que ser abordado de manera directa, sin tolerancia, sin permiso, como en sí mismo lo hizo el ciclón que azotó nuestra ciudad”.
Ciclónica no surge por el mero deseo de realizar una gira sino por “hallar un proceso de investigación” que le permitiera al grupo crear una fusión más poderosa en términos teatrales y vincularse a otros territorios más allá de lo oficial. “Más allá de los lugares que están contemplados como francos recintos de la cultura de nuestros días. No queríamos hablarle a la gente que va al teatro, queríamos hablarle a la gente que nunca esperó, que nunca supo, que nunca se enteró que existe el teatro”.
A lo largo de la gira, el grupo experimentó toda una gama de reacciones por parte del espectador de la calle, desde el que los entendió y apoyó hasta el que los echó e impidió que se apropiaran de sus espacios, desde el espectador de la zona más alejada de la ciudad, como del de sus zonas principales que les consideró como un extra en la oferta turística de la ciudad.
“La gente realmente acepta el colectivo sin entenderlo; sin saber qué sucede te siguen por el simple hecho de que rompe con su habitual rutina; te siguen, se quedan con un buen sabor de boca, te apoyan en lo posible con todo lo necesario, desde Matamoros hasta Campeche”, comentaron en lo general los actores del colectivo formado por Nora Natzyelly Hernández, Angélica Hernández, Nora Arreola, Adrián González y Vinizio Vázquez, dirigidos por Angel Hernández.
“Todo se da de manera tan fuerte, en la conciencia de ambos, es decir de nosotros y de ellos, considerando que nunca esperamos esa primera vez, que nunca esperamos que ese primer teatro que ellos vieron, que fue el nuestro, se convirtiera en un símbolo tan fuerte y poderoso que podría presenciar, en torno a su propio barrio, a su propia casa”.
Ciclónica es un proyecto escénico que fue apoyado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, con visos a futuro de presentarse por la margen sur del Pacífico para el año 2010.

lunes, 22 de junio de 2009

Chat, el lenguaje cambia de piel















Calificado como transgresor, sintético, rebelde pero práctico, el código de comunicación a través de los mensajes de texto del celular y del chat preocupa a unos, divierte a algunos y otros opinan que llegó para quedarse.
Por economía de tiempo, espacio y costo del mensaje que se envía a través del SMS (Short Message Service) de los celulares, los usuarios abrevian fonéticamente las palabras para enviar un mensaje de texto a través de este servicio.
Las preferencias en este nuevo código de comunicación, que en algunos países ya ha generado un diccionario sobre el vocabulario de los SMS y el chat disponible en la web, cambian según la edad de los usuarios.
Entre más arriba se encuentran en la escala de la edad, es una realidad que los adultos están menos familiarizados con las nuevas tecnologías y, ya sea que no hagan uso o lo hagan de manera esporádica, prefieren escribir de manera correcta con puntos, comas y hasta signos de exclamación, incluso evitando el uso de los llamados 'emoticones', que ayudan para comunicar el estado de ánimo. Mientras tanto los padres de adolescentes se han visto forzados a aprender el uso de las nuevas tecnologías, que sus hijos dominan, así como estos nuevos códigos para poder comunicarse y hacerse entenderse por ellos, llegándolos, incluso, a adoptar como suyos cuando también se comunican con otras personas.
Jóvenes entre 25 y 35 años, si bien utilizan abreviaturas para los SMS, cuando utilizan el chat o la mensajería instantánea prefieren escribir de manera correcta o al menos sin tanta abreviación, pero son menos rigurosos en cuanto aspectos gramaticales y ortográficos. Sin embargo en cuanto a los celulares, prefieren hacer uso de la llamada telefónica que el mensaje de texto, si cuentan con saldo suficiente o no les interesa ese aspecto económico.
Pero donde la mensajería de texto se ha vuelto un fenómeno de masas es en los jóvenes por debajo de los 25 años, que no sólo por economía abrevian o codifican sus textos para comunicarse entre amigos, sino como una manera de identificación entre sus grupos, así como por rebeldía y de acuerdo a algunas opiniones, como un reflejo de la degradación en que ha caído la sociedad en la actualidad.

¿DEFORMACION O MALA EDUCACION?

Para el Lic. Guillermo Bravo, director de la Universidad Pedagógica Nacional unidad Tampico este código ciertamente deforma el lenguaje y lo considera de mala educación. "Esta no es la primera vez que ocurre; hay otras deformaciones que ocurrieron cuando empezaron a aparecer los comerciales con nombres de las tiendas haciendo mal uso del español, abusando de la 'k' o de la 'c' confundiéndola, haciendo promoción con palabras incorrectas para llamar la atención" opina el catedrático "en los celulares, aunque aparentemente la gente se está acostumbrando, creo que es hasta de pésima educación hacerlo así; claro está, que quien habitualmente está enviando y recibiendo mensajes termina por entenderlos". Sin embargo, piensa que esta jerga no tendrá arraigo puesto que es sólo para el uso de abreviar tiempo y espacio en el celular: "no hay una deformación, precisamente porque no se generaliza ni la forma escrita ni la forma impresa, sino solamente en la forma digitalizada del teléfono celular". Sin embargo señaló que estos avances tecnológicos se aprovechan según el grado de cultura que se tenga: "hoy es una realidad que poco se lee, muchas cosas ya hoy en nuestro tiempo se dan digeridas, creo que muchas cosas que se reciben por internet no se analizan y así se dan a la gente, creo que hay que fomentar la lectura, y no caer en estos excesos, hay que leer con cuidado, analizar, depurar y quedarnos con lo bueno, saber quien lo hace y para qué".
En cambio, el Lic. Rubén Núñez de Cáceres, Director del Centro de Valores Humanos del Tec de Monterrey campus Tampico, va más allá advirtiendo que el punto de la deformación del lenguaje va unido a la perversión y la inmoralidad con que se usa el lenguaje entre los jóvenes, "porque ya no dicen la palabra como es, por ejemplo dicen 'perverso' en vez de perfecto, no solamente está la deformación sintáctica, semántica, sino que como lenguaje, en su forma de comunicación, lleva una perversión moral y semántica". El autor de "Ética global y ciudadana" señala "es toda una formulación interesante lo que hacen, cuesta un poco hacerlo, pero eso nos lleva a ver cuan degradado está el ambiente educativo, el ambiente familiar, el ambiente social, el tejido se está rompiendo desgraciadamente". Agrega "para los muchachos es divertido el lenguaje, y la manera de arrastrarlo hacia cierta forma no muy moral, tomando como juego algo que no es tanto juego, como eso que da tristeza de ver que a las niñas se digan por el messenger "perras" o "zorras". Estas palabras tienen un fondo de expresión que no dirían abiertamente, y entonces lo usan ahí para que quien lo esté leyendo entienda el doble lenguaje; hablamos de doble estándar de moralidad, pero tambíén hay doble estándar de lenguaje, finalmente termina en una forma de subcultura".
Entre otras opiniones como la de Rodrigo Penagos, licenciado en Ciencias de la Comunicación, estas deformaciones del lenguaje se han dado en otras épocas, siempre ajustándose las lenguas a procesos cambiantes de la cultura por influencias tecnológicas o adaptaciones para hacer más eficaz la comunicación o más deficiente: "de hecho el inglés es un derivado del normando -que tiene raíz germana- y el francés -raíz latina-. En la historia existe un fenómeno que se llama Deplazamiento Semántico, no hay que rasgarnos las vestiduras, es simplemente un proceso cultural; no sé si bueno o malo, simplemente es". Aclaró que es importante seguir las reglas, tampoco es cuestión de romperlas por romperlas, dependiendo de las circunstancias profesionales hablará mal de quien no las siga. Con respecto a los jóvenes opinó "pues si se les deja a la deriva claro que sí afectará su manejo del lenguaje; claro que la responsabilidad formativa es nuestra, porque somos los transmisores de los valores culturales, pero siempre hablando en su idioma, o en sintonía con ellos, los chavos son muy influenciables, por eso compran fácilmente estas formas".
En este mismo sentido se expresa, la escritora y psicóloga Marisol Vera: "El lenguaje no debe entenderse como algo estático, sino como un organismo viviente que se adapta para sobrevivir como cualquier otro organismo y ahora que los tiempos son voraces, los cambios en el lenguaje se observan de una generación a otra con una rapidez inusitada". Tampoco se rompe las vestiduras y agrega "no podemos evitar que el lenguaje cambie de piel como un camaleón, si nos ponemos demasiado puristas terminaremos ahogando las posibilidades del lenguaje, pero lo maravilloso de la literatura es que las grandes obras nunca dejan de tener significado".

Conversación intelectuales





Muchos Tampicos,
una sola tierra


El tampiqueño, los usos y costumbres, las tradiciones, su multiculturalidad y el lugar como habitante del mundo fueron analizados durante una conversación por cinco amantes del puerto


Heredero de una tradición huasteca, el puerto conserva en su nombre esta raíz que tiene el significado de "perros de agua", por los antecesores de las nutrias que existían en abundancia. Mar, ríos y lagunas así como un cielo limpio hicieron que don Carlos González Salas, el cronista, escribiera que "Tampico es lo azul". Pero ¿quién es su habitante?, ¿quién mora en este lugar? mágico y místico, a la vez que mundano, pujante y actual.
Para hablar de la identidad del tampiqueño, La Razón se reunió con el señor Alfredo Aguayo, comerciante y promotor de la memoria gráfica de Tampico; el Lic. Jorge Nieto Malpica, coordinador de la carrera de Comunicación de la UAT con nacionalidad mexico-americana; la escritora Sara Uribe, originaria de Querétaro pero tampiqueña por adopción y titular del Archivo Histórico: Juan Jesús Aguilar, poeta y periodista; y Marco Antonio Huerta, escritor y Lic. en Ciencias de la Comunicación con experiencia de 6 años en los medios.


TAMPICO MULTICULTURAL

La pregunta obligada, de inicio, era ¿cuál es la identidad del tampiqueño? Don Alfredo Aguayo hace referencia sobre un email que ha circulado sobre el tampiqueño de hace más de 20 años, sobre la torta de la barda, de la canción Tampico Hermoso; mientras que Juan Jesús Aguilar, hace alusión a que en otros lugares la vestimenta es una característica que aquí no tenemos. También se comenta sobre la carne asada, la Plaza de Armas, la laguna del carpintero. En esta primera parte se intenta responder este cuestionamiento en la que los invitados muestran sus posturas, sus perspectivas y opiniones, surgiendo una característica que se ha dado a lo largo de la historia del puerto: los diversos orígenes de quienes han llegado a habitar a manera "de paso" esta región por diferentes causas, por días y meses que se vuelven años, décadas y hasta nuevas generaciones.

Juan Jesús Aguilar: el nativo de Tampico, es en primera instancia, el tampiqueño; el que ha pasado gran parte de su vida en este puerto, si ha asumido usos y costumbres en esta ciudad, es parte integral de Tampico; quien respeta los valores y hace respetar los suyos.


Alfredo Aguayo: Vamos hablar de la década de los 20, 30, 40 de inmigrantes, Tampico se desarrolla por inmigrantes. Mi padre, tampoco era de aquí de Tampico, tenía un negocio de equipo de oficina, le vendía a todos los árabes, que la sumadora, que el escritorio, y tenía la oportunidad de platicar con ellos, y todo mundo decía: "hay que hacer fortuna". Mi papá también era de la idea, de dejar (Tampico), porque era de San Luis Potosí, incluso llegó a comprar propiedades, pero ¿qué pasó?, que fue el mismo fenómeno que pasó con los españoles, que una cosa son los españoles nativos y los criollos, que ya se hicieron parte; ya hubo una pugna aunque sea psicológica, de porqué vamos a ir a San Luis porque allá ya ni tenemos amigos.


Juan Jesús: Mi padre es de Orizaba y mi mujer de Córdoba, mi padre llega por un contrato de veinte días de la Pierson Company y aquí me tienes. Conozco poca familia, poca gente que es nativa al menos de la región, por ejemplo María Luisa Herrera Casasús, sus familiares eran hacendados, en lo que es Tampico Alto, ahí hay toda una historia del poder inclusive. Pero hay mucha familia, y justamente en la época petrolera, que viene además de fuera del país, del interior del país mismo, por un contrato, por buscar el oro, por lo que tu gustes y mandes. Era la tierra promisoria, la tierra prometida.

Aguayo: Fíjate, que pasó un fenómeno, te acuerdas (se dirige a Jorge) que nos fuimos con Lalo Inguanzo, que estaban fraccionando la petrolera, en aquel tiempo era llano, teníamos que entrar con cuidado porque las calles eran de puro lodo, de pura tierra. Pasó un fenómeno con la colonia libanesa. La colonia libanesa quería sus espacios para ellos, como a los que les dieron la casa no les interesaba, se lo dieron a los libaneses, pero la colonia no prosperaba porque decían “de la puerta para dentro es mi casa de la puerta para fuera es México” por eso la colonia petrolera no la pavimentaron, tardó años y años, y todavía hay calles que están sin pavimentar. Ellos tenían la idea de regresarse, pero los hijos ya se quedaron, hay cierta identidad.


Juan Jesús: Una tradición que ha perdurado, de las pocas, no creo que haya más, de épocas prehispánicas, es la de los músicos. Digo, que si hay un lugar de Las Flores, es que había danzas indígenas, y es que había músicos, y quien ha escarbado un poquito, te encuentras que la primera orquesta que levanta Luis Arcaraz, la hace en Tampico en el teatro Margot, Juan García Esquivel, Rockdrigo González.

Sara Uribe: Yo que estoy en el archivo y que recibo visita de jóvenes, les he mencionado a Rockdrigo, y la única referencia, lo que he tenido que decirles, es que es el papá de Amandititita.
Yo pienso que para hablar de la identidad del tampiqueño, primero habría que definir qué entendemos como identidad, porque la identidad se asume desde distintos puntos de vista, para mí al menos, la idea de una identidad sustancialista o esencialista, la identidad como algo inamovible como algo que se comparte de manera generalizada, para mí, yo no puedo generalizar acerca de los tampiqueños porque no creo que exista tal cosa, tampoco creo que exista tal cosa como "los mexicanos". Yo voy por una postura de multiculturalidad, sí hay ciertas cosas que nos pueden caracterizar en un nivel. Yo creo que la identidad se divide en un nivel del decir, del hacer y del ser, es decir, del lenguaje, de la acción, y de lo que se puede considerar como esencia, y que en mi caso yo considero como existencia. Sí creo que hay ciertos rasgos que pueden unificar a ciertos grupos: multiculturalidad.
Pongámoslos como mexicanos, pero yo ¿qué tengo que ver con el tarahumara?, o con el chiapaneco, o con el oaxaqueño. Lo bajo a este microcosmos, somos tampiqueños pero yo ¿qué tengo que ver con el del Moralillo, con el del Cascajal?, o ¿qué tiene que ver el de la Petrolera, o el de Lagunas de Miralta?, y sí, compartimos cosas, en el nivel del hacer y tal vez del decir, es cierto que hay ciertos modismos, que cuando salimos a otra ciudad nos reconocen, es cierto que existe toda esta cuestión de usos y costumbres, donde entra la gastronomía, la religión las creencias, incluso la ecología.


Juan Jesús: Esa es parte de una característica...

Sara: Si yo tratara de hacer una generalización -que no pienso así- que los queretanos son limpios y los tampiqueños son sucios. Decía Juan Jesús , que una de las maneras de obtener la identidad era la natividad de un lugar pero otra es que si eras recién llegado, era como adoptar los usos y costumbres y valores, yo puedo decir que de acuerdo a esa acepción yo no soy tampiqueña, porque hay valores, tradiciones , usos y costumbres que no me agradan, aquí las costumbres de cierto grupo, o al menos de cierto grupo o de un grupo predominante al menos, yo no me adapto a tirar la basura en la calle, y en los valores tampiqueños menos. Si yo me adaptara a los valores tampiqueños pues no haría lo que he hecho en mi vida.
A lo que voy, que creo que, es cierto que una manera de adoptar una identidad es esa, a través de los valores y costumbres, eso es tener una identidad. Pero creo también que es una identidad de tipo social o cultural, pero creo que también hay una identidad, a lo mejor me voy a oir muy romántica, muy utópica, no sé cómo decirlo, pero tiene que ver con asumir un arraigo por la ciudad. Y voy a decir esto, voy a poner un ejemplo.
Cuando yo viví en Cd. Valles, leí el Tesoro de la Sierra Madre de Traven, yo no sabía que se refería a Tampico, yo pensaba que era una ciudad mítica. Cuando entro a trabajar al archivo y entonces descubro que de donde hablaban era de Tampico y veo las fotografías y sé que estoy caminando por las calles que yo leí cuando era una adolescente. Yo creo que en mi caso, el arraigo, la identidad de una ciudad tiene que ver con el lugar con el sitio y con la gente, sí creo que hay una base de costumbres y de usos muy importantes, donde se pueden incluir todos estos, pero tiene que ver el lugar donde haces tu vida. Y entonces Laguna del Carpintero deja de ser la laguna del carpintero para ser la laguna donde te diste el primer beso o donde ¿no sé?, o la Plaza de los Enamorados, o la Plaza de Armas, creo que uno se apropia de los lugares, yo creo que el tampiqueño promedio, o sea el de clase media y hacia abajo sí tiene una identidad relacionada con sus lugares, no se si el tampiqueño de clase más acomodada, a lo mejor está completamente ya separado de ir a la Plaza de Armas

Marco: o ya no vive aquí.

Sara: o ya no vive aquí, o ya su vida está en los centros comerciales, que es otra clase de identidad de otras ciudades. Si yo voy a monterrey, la identidad son los centros comerciales, tal vez porque y estaría exagerando, porque no conozco completamente Monterrey. Para terminar, podemos discurrir sobre una identidad idealista, lo que el tampiqueño debiera tener como identidad, si la historia, etcétera, pero ¿cuál es la identidad real del tampiqueño, el tampiqueño promedio realmente ¿conoce todas estas cosas de música?, ¿realmente conoce su ciudad?, ¡el tampiqueño promedio no conoce que existe un archivo histórico de la ciudad!

Aguayo: ni conoce los nombres de las calles,

Sara: Entonces sí podemos ir hacia una idealidad, sobre lo que debería ser la identidad, o podríamos ir hacia el tampiqueño promedio, me refiero que la mayoría de las personas que no es de clase alta, que son de clase media y baja, que no ha leído que no sabe.

Juan Jesús: Yo a lo que voy, es que metí el acta de nacimiento, yo también tengo cosas que me encantan, y de Córdoba en particular, esa para mi es otra historia más personal. Por ejemplo, ¿cómo se identifica el tampiqueño?, sea nativo, sea de identidad más globalizado, empieza a perder precisamente muchas características de identidad, y si habla cantadito, y si lo ves con guayabera, es parte de la costa caribeña.

(Juan Jesús lee un escrito que hace referencia a que en los ochenta el tampiqueño está más identificado con el puerto, con las aguas ribereñas y mareñas, además de señalar la influencia en el lenguaje por las transnacionales).


Marco: ¿Qué nos identifica?, visualmente, la jaiba. Hay muchas cosas. Para empezar el equipo de futbol. Hablando esto de las lenguas y de la protección del idioma, yo estaba pensando, está hablando de identidad cultural que se empezó acuñar, yo creo poquito después de la revolución. El nacionalismo, lo mexicano, todas estas cosas, fue justamente por pensar que se está construyendo un país. Un país donde hay un dios remiso, donde hay yaquis en Sonora, que todavía son rebeldes.

Juan Jesús: Te hago una moción, la identidad se comienza a plantear en la Constitución, y la de 1857, primero, se está definiendo quienes somos los mexicanos. El nacionalismo como movimiento es otra cosa, el nacionalismo es hacia fines del siglo XIX y principios del XX. Pero como movimiento político...

Marco: Es justo a lo que voy, al punto que quiero llegar, que justamente es algo, no bien han pretendido aglutinar y uniformar criterios con un fin precisamente de control, de amor a la patria, de estas cosas, que a la fecha, yo si quiero mucho a mi país, pero no porque me lo hayan enseñado en la escuela, y creo que el Himno Nacional Mexicano es una belleza, pero no por haberlo cantado todos los lunes en la primaria. Yo desconozco gran parte de la historia de mi ciudad y muchas cosas de mi ciudad, que hasta recientes años me he venido enterando, pero que sí entra en conflicto todo esto, que pues no podemos como pretendían nuestros padres fundadores, quienes redactaron nuestra constitución, no podemos hablar de un mexicano como no podemos hablar de un tampiqueño. La prueba está, ahora menciona Juan Jesús, esto de la protección del idioma. ¿Cuántas lenguas no están concomitantes en el presente?, aquí en el mismo Tampico, ¿cuántas lenguas no se están hablando al mismo tiempo?, toda la enseñanza del inglés que es necesaria, que es una herramienta supernecesaria de frente a valores nuevos -si lo queremos expresar así-, creo que es pensar en el francés, español, lenguas indígenas el caso tenec, el alemán, el coreano. Es como esta cuestión de, empezando de ahí, partiendo de la lengua, que es algo que define culturalmente a una entidad a un grupo social, y partiendo de ahí, y de la dificultad de las barreras que presenta, de ahí nuestra imposibilidad de definir a un tampiqueño en particular. Probablemente sí existan muchos Tampicos, hay un Tampico para los alemanes, hay un Tampico para los primeros que empezaron a explotar la Faja de Oro, y así mismo a lo largo de la historia. Para mí probablemente mi visión no sea la misma de mis padres, esta visión tan idealizada, de las lagunas que eran transparentes.

Juan Jesús: Pero es que no es idealizada, mira, por ejemplo, cuando hablo en defensa del idioma, no quiero decir que no se hable otro idioma, o sea, el idioma se ha empobrecido, precisamente, tu pregúntale ahora a alguien, como estuvo la fiesta? Super.

Sara: Pero no por los tampiqueños...

Juan Jesús: No, no, no…realmente es el país, tiene que haber una defensa, ¿porqué no obligan a los locutores a hablar el español como debe de ser? y a pronunciar lo extranjero, salvo las cosas que se tienen que integrar como lo de la computadora, que no hay ni como traducir, salvo las diferencias que puede haber en España y México.

LA CULTURA VISTA POR EL TAMPIQUEÑO


Tras definir las posturas, se inició un debate sobre la cultura en Tampico, sobre el movimiento cultural, el desarrollo y difusión del arte y los creadores. Si ese aspecto es conocido por los tampiqueños y si conocerlo le da identidad, por lo que salió a la luz el papel de los medios para la difusión de estos elementos que le dan identidad, bajo la premisa de que no se ama lo que no se conoce.

Jorge: Tampico fue cosmopolita, fue más que es, por la riqueza petrolera, por el movimiento económico que había en el lugar. Bueno pasando a otra cosa, yo siento que hace falta mucha cultura en el lugar, no tenemos lo que tienen los veracruzanos, Xalapa es una ciudad meramente cultural. Y aquí no hay espacios, están buscando espacios.


Sara: yo aquí diferiría. Y creo que es importante definir los términos, vuelvo al punto cuando Juan Jesús dice que bueno que está ahí el término, la definición, de identidad cultural, pero es que precisamente en esta época al menos en la filosofía en la antropología, en la psicología que se están cuestionando todos esos términos, y no oir las voces de lo que se está cuestionando ahora sería no tener una opinión real. Cuando usted dice que no hay cultura.

Jorge: ¿Hay gente?

Sara: Es que cultura, en cultura podemos englobar gastronomía, folclore, religión y claro que lo hay. Lo hay, a lo mejor no es lo que nos guste más, a lo mejor no es el más desarrollado, pero lo hay, y creo entender que usted se refiere al dearrollo de las bellas artes.

Jorge: no hay espacios.

Sara: Sí hay espacios, lo que no hay son creadores con ganas de trabajar y difundir lo que están haciendo, está la casa de la cultura, están todas las escuelas, que cuando hemos ido a leer, nos abren sus puertas y podemos ir a leerles a los jóvenes, muchachos ávidos que escuchan, que nos preguntan, que dialogan, está el METRO, están las plazas.

Jorge: ¿hay movimiento realmente?

Sara: claro que cuando los que deberían acudir a los espacios que son los creadores, están en sus casas sentados esperando a que alguien venga a invitarlos a hacer el trabajo por ellos, cuando el artista no entiende que tiene que ser promotor de sí mismo, es más cómodo decir que faltan espacios.

Juan Jesús: partimos de ¿qué es cultura?, todo lo que el hombre le ha agregado a la naturaleza. Cultura sí hay, ahora ¿hay un movimiento cultural?, como movimiento no, que tú digas bueno aquí se está creando la escuela o hay seguidores de creacionismo en la literatura o hay seguidores, ..no, o al menos no se ha decantado nada.

Sara: No, creo entender por donde va (lo que dijo Jorge), falta la difusión, claro que hay eventos culturales, pero si usted dice que falta es porque usted no se ha enterado, quiere decir que falta difusión, que falta que todos los tampiqueños, que no nada más el grupito de siempre.

Jorge: sí, están muy diseminados, no hay algo que los una.

Sara: No hay una visión mercadotécnica, porque la cultura también tiene que venderse, falta esa visión mercadotécnica de ir a la universidad, a la facultad de comunicación, a decir tenemos una cultura, venimos a presentar una obra de teatro.

Jorge: esto también tiene que ver con la educación, cómo son los jóvenes hoy en día que no leen. También a las nuevas tecnologías. Yo platicaba, el domingo con Alejandro Monteverde -porque quiero entrevistarlo para un proyecto de investigación-, y me decía que se lo mandara por correo porque el no escribía nada. Todo puro ordenador, tenía dos años de no agarrar una pluma, todo lo hacen mecánicamente. Yo lo veo de mis hijos, de gente de su juventud, de mis propios alumnos que no leen, están acostumbrados a los refritos, de ahí se genera que no haya un pensamiento más formado, que sepan escribir bien, falta de creativos, falta de situaciones que se hacen necesarias para fomentar la riqueza del lugar. Porque muchos llegamos y nos apropiamos del lugar, o nos sentimos; no necesitamos en un momento dado, para decir somos o no somos tampiqueños, tampiqueños a lo mejor nos identificamos nosotros lo que vivimos en el lugar y nos han gustado los usos, las tradiciones y costumbres.

Sara: retomando ese punto y en lo que coincido con Juan Jesús, es cuando él hablaba de una defensa, yo pensé, en si está esa identidad de facto que compartimos, pero bueno, una identidad más consciente mas voluntaria, si tú tienes arraigo o identidad pongámoslo con la familia. Hay familias que son familias nada más porque comparten la misma sangre pero no tienen ese sentido de pertenencia, igual hay ciudades que son ciudades, yo creo que cuando hay una identidad hay un amor por tu ciudad y tú ves a tu ciudad como tu casa, tu defiendes tu casa, y ese es el punto donde yo creo que a lo mejor de los tampiqueños no es muy fuerte, porque yo no he visto, que cuando Tampico ha tenido , situaciones a lo mejor aparente -o no sé si realmente atentando contra su desarrollo-, pongamos lo de la cuestión de la laguna. Yo no he visto que la gente salga enardecidamente a defenderla. Hay un grupo de personas que es el grupo de siempre, puede tal vez haber un grupo movido por intereses políticos, y otro grupo sí movido por un interés ecológico, intelectual, cultural, pero no se ve que toda la gente salga a defenderlo, entonces es ahí en donde a mí me dicen que no aman a su ciudad, que no les importa su ciudad, porque si alguien viene a dañar mi casa yo salgo enardecida y no dejo que toquen a mi familia. Por eso creo y vuelvo a repetir, que el sentido de identidad o de pertenencia, radica más con el amor que le tienes a tu ciudad, y ese amor se crea, de lo que decía Juan Jesús, a través de la memoria, a través de las vivencias, de la educación, o sea, tu conviertes a la laguna en tu jardín, tu conviertes al llano al quienes escribieron del llano. Yo creo que para que haya identidad o la identidad que a mí me importa es la identidad consciente, porque la identidad inconsciente donde todos comamos carne asada a la tampiqueña, ¡¿esa qué?! Esa qué nos deja ¿qué nos aporta?

Marco: esa no es afectiva, no se crea un vínculo.

Sara: podemos decir que la identidad de las ciudades violentas, pensemos donde la violencia es parte de su identidad, pues claro que esa identidad no aporta nada. Antropológicamente podemos describirla, pero a mí me interesa más una identidad consciente autoformada. Por otra parte, porque la identidad del tampiqueño haya perdido ciertos factores, esté ganando otros, esté en movimiento, porque esas son las identidades. Nunca están estáticas, claro que voy a admitir una visión posmoderna de las identidades, a quien quiera una identidad fija, incólume, una tradición, un valor, claro que le tiene que preocupar.
Juan Jesús: pero las modificaciones tienen su tiempo impuesto, pero sustancialmente o espiritualmente no se pierden, es como la muerte, ¿no?

Sara: hay una historia, pero los jóvenes de ahora ¿qué comparten de eso?

Juan Jesús: porque ¿hay una memoria de Tampico?

Sara: sí la hay.

Juan Jesús: lo que ha escrito Carlos y lo que escribió Torrea y Fuentes ahí está. Y yo quiero saber cuántos la leen.

Sara: ese es el punto.

JuanJesús: inclusive de mi generación. Eso produce, ¿Que provoca la falta del amor?, o sea, dice Ramón Iglesias*: "quien no conoce la historia de su ciudad es un extranjero en su patria". Si las autoridades - tiene que recaer en las autoridades- o sea, no les preocupa que los libros se publiquen, se distribuye, se lean, ¿donde está la memoria?, ¿quién va a leer la memoria, no? ¿Cómo van a defender…? Tumbaron una ceiba, que era milenaria, en la Plaza de Armas, en el Globito -todavía no nacían ustedes- cuando estaba Paco Villarreal de presidente municipal, la chiquita Cortázar era síndica, dijo “es que los pájaros cagaban a la gente”. La mujer que fue presidenta de Altamira, llegó Aurora quemó el archivo, porque eran papeles que estaban muy viejitos. Una ciudad que nace en 1716, creo, resulta que ahora su archivo comienza en 194..y tantos, si la autoridad no tiene cabeza, ¿qué esperas?


Jorge: Hemos sido depredadores.

Juan Jesús: ¿si conoces la historia de San Pedro?, es de durazno, que salió en 1923 sale con una de los prostíbulos, a comprar dos edificios, está en el libro de Llorente… ese San Pedro fue presidente municipal primero con el PRI y luego con el PPS, porque no lo quisieron apoyar con el PRI y ganó con el PPS, y todas las calles de la colonia Águila, les dijo "no les voy a pavimentar si no ponen lo que les corresponde", y estuvieron como 10 , 15 años sin pavimentar el Águila sobre todo. Entonces por un lado los pleitos internos, los intereses, la mala calidad, ¿saben ustedes que el METRO no está terminado?, se inauguró porque había que inaugurar. El puerto de Altamira se inauguró con un diez por ciento y no el cien por ciento que habían pedido; que inventaron un barco, lo disfrazaron para llegar a dejar contenedores que no iban a ningún lado. El centro de convenciones no está terminado, y ….


Sara: yo quiero acotar que son características que se dan a aquí, pero tampoco son privativas de Tampico, dos puntos ahí, es cierto, coincido en el punto de conocer el pasado para amar algo, o de entablar este diálogo, y coincido en que evidentemente es una responsabilidad del gobierno en el sentido de la educación y difusión, pues de valores cívicos y de historia y todo, pero también tiene que ver, por ejemplo en el hecho de enseñar a leer, o de hacer que alguien quiera leer, es una tarea del ser humano, como padre, como amigo, en tu entorno, el hecho de divulgar esas historias, todo ello.

LA VISION ACTUAL
Los invitados se adentran en un debate sobre lo que se considera como una pérdida de la identidad o realmente como un efecto de la posmodernidad que aqueja al habitante de estas tierras ya no visto dentro del contexto local sino dentro de uno más globalizado.


Sara: veámoslo históricamente en el momento que estamos viviendo, no es privativo que el Tampiqueño ignore su historia, lo que pasa es que estamos viviendo en la época de posmodernidad y dice Gianni Vattimo “que la posmodernidad es cuando la idea de historia se fractura”. Al sujeto posmoderno, no le importa su pasado, no le importa su futuro porque no sabe si va a haber futuro o no.


Juan Jesús: es facilismo y simulación.

Sara: pero esa es la época posmoderna, a lo que voy, no le dejemos caer todo el peso al tampiqueño, sino insertémoslo, no cosmopolita, como ciudad, pero no escapa de los fenómenos sociales de la posmodernidad, que están insertos en ellos, como a cualquier otro, veámoslo en los jóvenes, en estos tiempos. Pongamos en estos tiempos de influenza, pues ¡por Dios! si ves el futuro tan negro con la situación económica, sale ahora una influenza que te puedes morir en cualquier momento, pues ¡qué carajos te importa el futuro! y ¡qué carajos te importa el pasado!, te importa el presente y por eso la cultura hedonista. En el contexto de ellos, Juan Jesús, evidentemente, nosotros nos preocupamos por otra clase de cosas.


Juan Jesús: yo también me preocupo por el presente.


Aguayo: Yo he hecho varios eventos sobre la historia de tampico, los he invitado, creo que llevo más de 20, y el fuerte de las personas que van ahí, son adolescentes. Cuando se recordaron los cincuenta años, en un evento que hubo en el Metro, como yo era el dueño de la pelota, como dueño de las películas, me dieron un número importante de invitaciones, entonces le di al alcalde, a los amigos del casino, me dije voy a guardar unos cuantos para ver a quien, entonces busque gente, me llevé al evento diez invitaciones aquí en la bolsa, estaba aquello a reventar, ¿cuál era el perfil de la gente que la merecía?, …y caminando, me topo con una familia, chamacos de 8, 6 (años) y eran como siete ellos, haciendo a la pobre madre trizas, “'¡yo quiero ver cómo era la inundación!”, a los chamacos les interesa más que a los adultos.


Sara: sí les interesa, porque yo tengo un nuevo programa de visitas de niños y adolescentes al archivo, cuando les muestras las fotos, ves sus caras de asombro...; sí requieren ese tipo de experiencia, que se quedan como marcadas.


Aguayo: A un programa del casino siempre van 40 , en los progamas nuestros han llegado a ir 300 y eran de 18 a 30 años, yo creo que debemos hacer más hincapié en esas edades.

CONCLUSIONES
Llegado el tiempo de realizar conclusiones, se planteó la opción sobre la mayor promoción de la historia de Tampico para crear mayor identidad, donde los participantes coincidieron en el papel de los medios, especialmente el del periódico, ya que aunque la gente no tenga el hábito de la lectura sí "lee religiosamente el periódico". Marco Huerta señaló el papel que la televisión ha hecho, aunque de manera comercial con eventos como Nuestra Belleza, promoviendo ciertos valores o a valores tampiqueños como el Dr. José Sierra Flores. Sara apuntó sobre los esfuerzos de algunos creadores por formar identidad en los niños como el de Jorge de la Peña con la historia del Conejo Tenec, escrita por Arturo Castillo Alva. Se aceptó que la jaiba es un símbolo emblemático del tampiqueño, y que ya sea consciente o inconsciente, todo pueblo, todo individuo tiene una identidad. Una de las conclusiones que sobresalen es que Tampico, no se identifica con el norte ni con la frontera de su estado, es como ser de otro lugar.

Entrevista Arturo Castillo Alva






Arturo Castillo Alva


Un escritor de su tiempo







El poeta, narrador y poeta opina sobre la literatura que se hace en Tamaulipas, acerca de la juventud y sus escritores así como de su oficio de escribir



Escribe a mano por las noches en la intimidad de su casa, porque en los lugares en que usualmente lo hacía ya no puede: ni en su trabajo de Pemex porque ya es jubilado ni en los cafés porque ya no se permite fumar.

Esta es la manera como Arturo Castillo Alva, escritor tamaulipeco, realiza su labor creativa “sin magia, ni por una necesidad de escribir” según sus propias palabras, sino por una habilidad que reconoce con sencillez desarrolló desde niño, desde los 12 años, cuando con avidez leía los libros que un tío tenía en su biblioteca. “Aprendí a escribir, imitando” describe, como si fuese lo más natural del mundo hacerlo después de leer un libro y explica “cuando consideraba que ya escribía como determinado autor seguía con otro, pero lo hacía a escondidas porque me daba vergüenza”.
Este talento excepcional, que a él le cuesta trabajo reconocer, le ha valido el haber recibido premios nacionales en los géneros de poesía, cuento y dramaturgia, además de tener varios libros publicados, entre ellos uno sobre sus colaboraciones en Canal 7 de Televisa del Golfo como de sus artículos de la columna “Un día de estos” que se publicó en La Razón. Además de recibir, tal vez el mayor reconocimiento que puede lograr un escritor, el brindado por otros escritores, incluido el del peruano Mario Vargas Llosa con quien compartió una tarde de lectura en el Festival Internacional Letras en el Golfo, resultando en toda una revelación para el mundo de las letras que se reunía en el puerto en esa primera ocasión.
A continuación una entrevista con Arturo Castillo Alva, un escritor comprometido, un autor de su tiempo, un ser humano desilusionado por no tener el mundo que soñó: uno desprovisto de injusticia y corrupción.


L.R. ¿Podría decirse que existe una literatura “tampiqueña”, regionalista o tamaulipeca?
ACA. No, pienso que todavía sería temprano para decir eso; pienso que se ha avanzado sobre todo en lo últimos 40 años con los talleres literarios con los cursos que ha habido. Desde los ochentas empezó a haber un movimiento más definido, antes estaba todo muy suelto -porque nosotros nos desarrollamos desde antes- pues no había absolutamente nada, todo era por propio impulso entre pequeños grupos de amigos que vivíamos absolutamente aislados. Después, empezó a haber un poco de organización, surgieron los talleres literarios, hubo cierta promoción, vinieron los concursos literarios, que como quiera esas cosas impulsan a la gente a escribir. Pero yo creo que es temprano decir que existe una literatura "tamaulipeca", en cuanto a que tuviera una característica determinada, que fuera un movimiento organizado; yo siento que todavía no. Sí siento que hay un grupo de escritores tamaulipecos importantes, pero ni siquiera son conocidos, algunos, en otras ciudades de nuestro propio estado. Nuestro estado tiene esta característica tan extraña: que hay varias ciudades importantes: no es como Nuevo León, que todo está en Monterrey, aquí no. Laredo tiene su propio movimiento que ni siquiera conocemos; los escritores de Laredo son más conocidos en Monterrey, porque tienen más contacto con ellos.


L.R. ¿Será por eso que no existen proyectos editoriales?
ACA. Eso tendría que ser por parte del estado, porque la literatura no vende. Las empresas grandes están con dificultades, imagínate alguien que edite libros o revistas aquí: son verdaderos héroes, como Amparo (González Berúmen) publicando textos, como la revista que sacaron los muchachos de Síntoma que se fajaron ahí varios años, la propia Ana Elena (Díaz Alejo) con Saloma, o ahora esta niña Marisol (Vera). Yo siempre he dicho que esto se debe hacer, que bueno que hay jóvenes que se arman de valor y lo hacen.


L.R. ¿Cuál es su opinión sobre la nueva generación de escritores en Tampico?
ACA Yo lo que digo es esto, que hay mucha indiferencia de la gente joven por lo que pasa en México, por lo que pasa en el mundo, y que lo pasa en estos instantes en el país no se refleja para nada en sus escritos, ni siquiera sesgadamente, ni directamente; están más preocupados por la forma. Yo no pido que escriban panfletos, los panfletos tampoco tienen nada de malo, cuando la coyuntura política lo justifica. Siento que estos jóvenes escriben una poesía buena, pero dicen poco a la gente. Yo siempre he tenido interés por poetas que hablan de mi mundo, del mundo en que vivo, en el mundo que me preocupa. En ese sentido, sí pienso que es una cosa que no solo les pasa a los jóvenes escritores, sino en todos los niveles; los jóvenes están totalmente desinteresados en lo que pasa en el país, en las universidades, en todos lados. En ese sentido, me hace sentir mucho pesimismo de la literatura joven. Sin embargo, sí he encontrado dos o tres poetas muy buenos de aquí, que sí tocan los temas del día de hoy, de México que sí les preocupa el mundo en el que viven, no voy a decir nombres.


L.R. Incluso hay un poco más de participación de la mujer como escritoras que en su generación.
ACA, Pues, yo proporcionalmente...fíjate que en aquel tiempo éramos tres hombres y dos mujeres. Yo creo que proporcionalmente no estaríamos muy alejados, solo que hay más muchachos que andan en esto, y por lo mismo más muchachas; que bueno, ojalá se desarrollen, ojalá tengan el apoyo para desarrollarse.


L.R. En los últimos años hemos visto la puesta en escena de dos de sus obras teatrales “Una de elefantes” y “Aquí bailando”, ¿Cuál es su opinión con respecto a la lectura e interpretación que le dieron a lo que escribió? Alicia Yapú, amiga suya y directora de ambos montajes estaba un poco preocupada por su opinión, especialmente por “Una de elefantes”.
ACA Bueno también yo no sé si supe decir lo que yo quería decir. A Alicia la conozco desde niña, y ella tiene esa posibilidad de hacer "lecturas subterráneas" de mí, porque me conoce muy bien, aún así creo que hubo ciertos momentos poéticos que no salieron, pero te repito, tal vez porque yo no supe cómo decirlo desde el mismo texto. Además después de mi propia actuación (se ríe) en el montaje con Caín Valdez, es difícil que alguien supere esa puesta en escena (ríe divertido).


L.R. Sabemos que tiene una novela en proceso de escritura y otras obras de teatro, según ha dicho inconclusas, en ¿qué género se siente más a gusto?
ACA. En la poesía, porque es más personal, todo transcurre adentro, nunca piensas en un público, yo no pienso en un público. Mientras que en un cuento si pienso en el lector, trato de gustar, sin ponerle trampas. Cuando escribí en el periódico, cuando hice esas crónicas, ahí cambié mi actitud, ahí me di cuenta que tenía que aprender a hablarle a la gente en el tono que le gustaba. Porque cuando me pongo muy serio muy político no me puedo quitar el tono declamatorio, ahí busqué aprender cómo gustarle a la gente. Que la idea que yo tenía de mi país, del mundo, pudiera llegarles. Unas cosas me salieron muy bien y otras no. Cuando quiero decir algo mejor uso la narrativa o el teatro, pero la poesía es más personal.


L.R. Y como crítico suyo ¿en qué género se siente mejor escritor?
ACA. Es bien difícil de decir, pero donde siento que funciono mejor....(se arrepiente), pero es muy subjetivo mi juicio. Yo siento que entro más en contacto con la gente con ciertas obras de teatro, no con todas, en general me siento cómodo con los géneros, nunca he hecho algo forzadamente. Nunca ha sido un quebradero de cabeza; soy un escritor que comete muchos errores soy muy descuidado para escribir, no me importa, pero digo lo que quiero decir y eso es lo que a mí me importa. Catalogarme, evidentemente pues no sé, es que mira, uno lee, de repente lees un poeta y luego te ves a ti mismo y dices por 'el amor de dios'. El propio Neruda, lo lees y es deslumbrante, y sigue siendo deslumbrante ochenta años después y luego te lees a ti mismo, imagínate (se ríe).


L.R. Ha participado prácticamente en todos los medios: el periódico, en revistas, la televisión, el internet, y aunque ha manifestado que no le gusta el internet, por ahí encontramos un blog suyo. ¿qué opinión le merecen cada uno de ellos como recursos para desarrollar el oficio de escribir?
ACA. A ver ¿cuál blog?. Mmmm. bueno yo no lo hice, una amiga me ayudó, que tiene un blog, y le pregunté y me hizo esa cosa, puso un texto de los que escribí en La Razón. Pero ahí se quedó el famoso blog, cuando lo vi me dió vergûenza escribir así como todos los chavos. Eso para mí no es un recurso, pero las demás experiencias pues si, la práctica desarrolla habilidades, pues fueron un aprendizaje, fueron un reto en ese momento. En la televisión tenia que sujetarme a cierto tiempo. Luego fui al periódico, ahí me enfrenté a otro reto, yo no vine aquí a enseñar cosas, sino a aprender diario a hablarle a la gente, y traté de hablarle a la gente, y creo que aprendí bastante. Sí adquirí bastante habilidad. Yo siento que los dos años que estuve en el periódico me soltó un poco más y sobretodo que aprendí a complacer a un sector que no lee libros, que es el publico del periódico. Me esforcé por gustarle a esa gente, con un lenguaje sencillo, repetitivo, el chiste de vez en cuando para no aburrir, la palabrota para sacar de onda, trucos para ir conformando una cosa atractiva para el lector.

L.R. El mes pasado se celebró el Día del Libro, ¿cómo ve el futuro de este?
ACA: Muy triste, nada prometedor. Yo creo que en los países como el nuestro, y en los países pobres, en general de América Latina, el libro nunca ha sido de un gran consumo, hay tirajes pobrísimos. En poesía, hay en México, hace treinta años, setenta millones de habitantes, se tiraban mil libros a veces quinientos, ¿qué significado tenía?: ninguno. Yo pienso que estos libros no se van a dejar de tirar, mil libros no se van a dejar de tirar, a veces los cinco mil títulos no se van a dejar de hacer; siempre va a haber un editor para esos libros. Claro que no va a crecer, es muy difícil que crezca, En algunos países donde se vendía más el libro, tal vez sì con las nuevas técnicas, con las nuevas metodologías de enseñanza, con la nuevas tecnologías, tal vez sí disminuya la venta de libros, disminuya la producción, y el consumo del libro: pero en países como el nuestro, con sus tirajes no creo que esto pase. Y creo, que en general, el libro no va a desaparecer como objeto, siempre va haber gente que lo compre y gente que lo edite. Tal vez en Europa no sea tan fuerte el mercado del libro como lo fue en un tiempo, de hecho tal vez hoy mismo ya no lo sea, pero en América Latina nunca lo fue.