martes, 1 de septiembre de 2009

IRMA MEZA ENTREVISTA



'Siempre quise bailar
el resto de mi vida',
Irma Meza


La coreógrafa, bailarina y coordinadora de Danza y Música del METRO, pionera del primer grupo de Danza Contemporánea en esta región, habla sobre la danza, la creación artística y sus experiencias




Beatriz Durán Maldonado / La Razón

Desde niña, Irma Meza supo que podía hablar y expresarse con su cuerpo y querer hacerlo para toda la vida.
Encontró un goce y un placer en las clases de ballet, que seguía para corregir ortopédicamente sus pequeños pies, que hizo crecer en ella la pasión por la danza.
Aunque es, después de asistir a un campamento de artes en Minnesota en los Estados Unidos a los once años, cuando toma verdadera conciencia de que su destino estaba en el baile, no es hasta después de llevar años de estudios de formación en los Estados Unidos, que Irma decide dedicarse a la Danza Contemporánea cuando ve en escena al Ballet Nacional de México de Danza Contemporánea, bajo la dirección de la maestra Guillermina Bravo, en el Aula Magna de la UAT.
Actualmente, además de su trabajo personal como ejecutante y coreógrafa se desempeña como Coordinadora de Danza y Música del Espacio Cultural Metropolitano, desde 2006, en donde también dirige el Grupo de Danza Contemporánea de este espacio cultural, proyecto institucional de los Talleres Escénicos del área Académica.

LR: ¿Qué es la danza para tí?
IME: La danza, para mí en lo personal, es lo que me permite ser mejor ser humano, a nivel humano, a nivel personal. Es como yo me siento mejor ser humano; cuando yo bailo es cuando yo me siento que soy la mejor Irma posible, es lo que me produce placer.

LR: ¿De tus experiencias en el escenario cual recuerdas que hayas hecho ese "click" con el espectador y que permanezca en tu memoria?
IME: Una que es especial -no quiere decir que en los demás momentos no lo logres-, una que es una experiencia personalísima, es una anécdota que tuvo repercusiones más adelante con mis alumnos. Esta fue en el FIT (Festival Internacional Tamaulipas), donde hacía funciones en diferentes municipios, super pequeñitos; y entonces fuí a Cruíllas. Llegué yo sola cuando ellos esperaban un camión lleno de artistas. Había un entarimado algo astillado que no pude usar porque yo bailaba descalza, entonces pues en las canchas. Bailé Autorretrato, la música no es sencilla, son puras voces, era extraño para ellos; se acercó alguna gente por la curiosidad de haber que iba a pasar, pero no se quedaban, entonces empiezo yo a bailar, aprovecho el espacio, aprovecho la jardinera, y entonces me decido a tener más contacto con el público. La gente empezó a reirse, la gente se ponía nerviosa, pero conforme fue transcurriendo la obra y como las escenas son fácilmente leídas, poco a poco empezaba a especular y a decir lo que iba a pasar. Cuando terminó la gente supo en qué momento se había acabado, que a veces es difícil saberlo, y la gente aplaudió.

L.R.: ¿De qué te nutres para la creación?
IME: Todo tiene que ver con nosotros, aunque no se llame Autorretrato; de lo que ves, te nutres para amar para odiar, y te propicias experiencias. No solo vas por la vida dejando que te pase, y tus reacciones a lo que te pasa, sino que también te nutres, es decir, por ejemplo sigues estudiando, yo estoy estudiando la licenciatura en educación artística. Te propicias ver cosas, te propicias tomar cursos, te propicias si la vida te pone una hernia de disco que te pone tres meses en la cama y que no puedes bailar. Y que tienes que ver la forma de moverte, te vas a propiciar una actividad como la natación, buscas qué te puede aportar a tu vida. Leer, capacitarte, ver funciones, hasta del lado de lo que la vida te dé ser sensibles para revertirlo, ser capaz de identificarlo en el momento adecuado.

¿Cómo surge la coreografía de Las Emisarias de Ilión, que es tu más reciente trabajo?
Yo tenía el punto de partida, la música del heavy metal; era una música que había tenido por ahí, que por mi hermano había escuchado mucho; hay música muy interesante de ese género. Trabajar con Belem Liceaga para tener como punto de partida esa música, hicimos experimentos y la fecha para presentarla estaba muy cerca. Dialogué con mis alumnos, tenía que basarme en algo más concreto para poderla tener lista, no tenía mucho tiempo para dejar que fluyera sola; algún texto, alguna película, algo que ya existiera. Con quien más platiqué fue con Carlos Del Castillo, que finalmente es escritor; sale la propuesta del libro de Cristina Rivera Garza: La Cresta de Ilión; veo que tiene como muchas insinuaciones al cuerpo, a detalles de cómo se mueve, a acciones que realizan los personajes, tal vez muy sutil, pero tiene esas imágenes literarias que me dan muchas posibilidades de hacer movimiento y de utilizar escénicamente para generar una coreografía. La trama no tiene nada que ver con el libro, pero sí ciertos personajes y características de cada personaje, fue así como se dio.

¿En qué momento el trabajo, la técnica, se convierten en arte?
Yo considero que la técnica es la manera en cómo tú construyas este instrumento de trabajo, que en la danza es el cuerpo, y para que se encuentre en condiciones óptimas de fuerza, de reacción, de acción, para que te permita hacer lo que tu decidas que se haga con esa herramienta. Si no tienes en condiciones óptimas tu herramienta, por más pasión y por más conciencia que tengas no se va a ver, no se dará una señal de algo, no llegará eficientemente a ese gesto y finalmente la danza se ve. La forma es lo primero que ve el espectador, pero la forma debe ser el resultado último. La técnica no es la forma en sí, en ¿qué momento se convierte en arte?, en el momento en que tú puedes trascenderla, si no puedes trascenderla es técnica, a lo mejor muy bien, muy virtuoso, si tu quieres, pero no es arte.

¿Tres momentos de esa emoción que te ha provocado el ver alguna obra de arte?
Sí, cuando vi a Mikael bareshnikov. Cuando uno ve obras de arte, hablemos de los impresionistas que son obras reproducidas en calendarios ,en agendas, reproducidas en cualquier cantidad de formatos y te habitúas a verlas y dices 'que bonitas, pero ya chole', pero en el momento en que las ves, las de verdad, en el museo, y que te enfrentas a las obras de Van Gogh, o de Degas, o de Monet, y entonces entiendes el porqué están reproducidas, porqué te conmueven, te das cuenta de que provocan algo en las personas. Con Bareshnikov, me pasó como con los impresionistas, cuando lo vi bailar 'Sue´s leg' sí me provocó un momento mágico. Otro momento impactante cuando vi al Ballet Nacional de México, porque ahí fue cuando yo dijo 'este es el tipo de danza que yo quiero hacer', o ver a bailarines como Orlando Shecker, Antonia Quiroz, que son monstruos, gente que juntos en escena eran un terremoto, cuando los vi en escena me dije eso es lo que yo quiero hacer.
Otro fue cuando yo estaba más jovencita, estuve en un teatro grande por primera vez viendo una compañía de ballet en el Civic Center de Chicago, y siento como que esos momentos son por los que uno viene a vivir, el llegar a esa categoría de felicidad o bienester es por lo que uno viene a la vida, y que tiene uno que buscarlos de manera exhaustiva, que no te puedes quedar como esperando, hay que buscarlo y vale la pena hacerlo.


SEMBLANZA
Nace en Tampico, Tamaulipas. Sus estudios de danza (clásica, jazz, tap y danza moderna) los realiza en el Gus Giordano Dance Center, Lou Conte Studio y The Conservatory of American Dance en Chicago, Illinois. Estudia en el Colegio Nacional de Danza Contemporánea.

BECAS Y PROYECTOS ESCENICOS

2009, Espacio Cultural Metropolitano
coreografía, "Las Emisarias de Ilión"

2008, Espacio Cultural Metropolitano
coreografía, "Sirenas en la Playa"

2003, Consejo Ciudadano para el Desarrollo Cultural Municipal
proyecto Módulos de Introducción a la Danza Contemporánea

2003, Fondo Estatal para la Cultura y la Artes de Tamaulipas
Creación Artística, coreografía "Una petenera petenera".

2001, Fondo Municipal para la Cultura y las Artes de Tampico
coreografía: "Autorretraro"

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