martes, 2 de marzo de 2010

Benilde González



Rompe paradigamas con el arte




Dentro de la oferta académica de El Rivera, la artista plástica ofrece el Taller de Arte y Creatividad



Beatriz Durán

La Razón




El ejercicio en la mesa de trabajo requiere de una espátula pero la facilitadora del taller, la artista plástica Benilde González, intencionalmente la ha excluido de las herramientas para que el alumno busque una solución alterna, incluso que utilice una tarjeta plástica si es necesario. Improvisación y retos son los que propone en su Taller de Arte y Creatividad Benilde González que trascienden incluso el campo del arte para impactar otras áreas de la persona. "Para romper esquemas, romper paradigmas, romper ciertas tradiciones y reglas que nos han impuesto por muchos años para buscar soluciones más prácticas y más creativas, que además te abren el panorama y te permiten solucionar a la vez otras áreas de tu vida, son parte de este taller que está muy inclinado hacia la creatividad", señala la artista plástica. Acrílicos, diversas texturas y formatos con frecuentes cambios, pasando por el aprendizaje de la psicología del color, de cómo estos afectan las emociones además del manejo de técnica de inteligencias múltiples aplicadas en las artes plásticas son parte del taller que ella imparte en el Centro de Formación en Arte El Rivera los lunes y miércoles de 10:00 a 12:00 horas.


MOTOR DE UN PROYECTO

La artista plástica tamaulipeca con más de 25 exposiciones colectivas y alrededor de siete individuales, se convirtió en inspiración y motor para que el antiguo hotel El Rivera, ubicado en la calle Héroes del Cañonero se transformara en el Centro de Formación en Artes, gracias a la visión de su esposo el empresario Miguel Kozlousky. "Inicialmente se iba recuperar el hotel Rivera, sin embargo yo inicié un taller personal en la colonia Minerva y me di cuenta que desde el primer día tenía alumnos, así casi de la noche a la mañana, pues en una semana ya tenía cuatro grupos de alumnos" recuerda Benilde y continúa "Miguel y yo empezamos a pensar, si esto pasa con un taller, ¿que pasaría si además de dar pintura, pudiéramos dar otro tipo de disciplinas? "Aún sin planear mucho, aún siendo tan sólo una idea, un sueño aparentemente difícil de materializar, Benilde encuentra una realidad diferente de la que pensaba. "Yo oí durante mucho tiempo que 'a nadie le interesa el arte' y ahora me topo con la realidad de que a la gente sí le interesa, está inquietísima, la gente quiere saber, quiere expresarse, porque es instintiva en los seres humanos, no es privativa de una secta, de ciertos niveles, o de una clase social; todos los seres humanos buscamos expresarnos de algún modo, verbalmente, físicamente, por escrito. "Dos exposiciones en El Rivera convocaron, insólita e inusitadamente, a una comunidad ávida de conocer, de experimentar o de expresarse a través de la disciplinas artísticas. Esto y la experiencia del taller hicieron que su esposo Miguel Kozlovsky empezará más que a ver, a escuchar lo que el mismo edificio les estaba diciendo. "Actualmente vemos y nos quejamos mucho de la carencia de valores, nos quejamos de que los jóvenes sigan metidos en el internet y en los medios electrónicos, que están bien y de los que no estamos en contra, pero que pensamos que todo debe tener un equilibrio, un balance" señala Benilde, "por eso le estamos apostando a un lugar que te haga tener más contacto con lo humano, con lo que pueda producir la mente humana y que pueda llegar a niveles incluso de las mejores ciudades en el mundo". Consciente de que este proyecto no sólo impacta en la comunidad al ser primer centro en el estado que surge desde la iniciativa privada también señala "sabemos el impacto que va a tener en la zona, que creo será más grande de lo que imaginamos, porque cuando tocas las fibras del arte en la gente, se vuelve más sensible, más observadora, más exigente, más pensante, sobre todo si tiene más conocimiento, porque conoce de equilibrio, de composición, de color, de formas, de creatividad". "Esa persona va a salir a la calle, va a empezar a observar las anomalías y las virtudes de su ciudad, entonces va a empezar a exigir, o a apoyar, a buscar alternativas y cuestionarse ¿qué puedo hacer yo?", concluye.

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